Un tio, unas zapas, una camiseta de algodón, muchas ganas y la carretera. "Casi ná pal cuerpo".
miércoles, 6 de abril de 2011
Amanece que no es poco.
Hoy he cambiado el horario de correteo, me he levantado temprano y me he ido a correr un ratillo por el monte antes de currar. La sensación de ver amanecer, el paisaje fresco como recién puesto y la soledad propia de la hora hizo que el entreno fuera de esos que no se olvidan.
Hay que veces que nos enfrascamos en mejorar nuestras marcas con entrenos duros y nos olvidamos de volver a disfrutar de salir a correr olvidándonos de lo que marque el reloj. Hoy ha sido un día de esos y ha hecho que todo fuera bien durante el resto de la jornada.
Hay veces que la felicidad es simplemente correr entre árboles sintiendo que la naturaleza se despereza de la noche con el sonido de los pájaros de fondo sin ninguna molestia y sintiéndote bien.
Hoy he sido feliz, mañana intentaré serlo otra vez.
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7 comentarios:
La mejor manera de empezar un día, sin ninguna duda.
No nos pagan por ello, así que... Estoy contigo, cuando uno se olvida de disfrutar, de recoger todas esas sensaciones y guardarlas para uno mismo, ¿qué sentido tiene correr?
Es una delicia esas correrías al amanecer.
Un fuerte abrazo
Apuesto por esa felicidad en cada entrenamiento...
Un abrazo!
Que poetico que estas ;-)
Realmente correr al amanecer es una gozada, lo que no lo es, es cuando suend
David, sin duda disfrutaste de la carrera mañanera. Ta me contarás la media. Un abrazo
Eso es disfrutar de correr y lo demás todo cuentos rolleros de cronos y marcas...
Que disfrutes de muchos amaneceres como ese.
Besitos.
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