Feel the rain on your skin

Primero de todo comentar que no se si será muy legal esto de coger imágenes de otros sitios y plantarlos en mi blog, bueno si sabeis algo al respecto pues me lo comentais antes de que corra el maratón de presidiarios bahía de San Francisco, por robo de fotos al asalto.
Como se que estais impacientes por saber de donde he sacado la foto de la entrada anterior pues aqui os dejo el enlace......justo aquí, atentos al detalle de las instrucciones para usar los nuevos confesionarios, yo por lo menos no me he enterado de nada.

Pero bueno, esto se supone que es un blog de un personaje que corre, pues nada vamos al tema, menos mal que no soy efervescente porque sino ya estaría chuf, chuf, chuf, o como sea el ruido que hagan las malditas pastillitas, porque vaya hartá a llover estos días, hombre uno no es de los que se arruga (creo que esta palabra no es la más adecuada hablando de agua) cuando esta mal el tiempo y se queda en casa, no, no, yo soy un chicarrón del norte y salgo, pero toda persona tiene su límite y el mio el nivel del agua lo ha sobrepasado por mucho. Mi salida de hoy ha sido todo un poema, terreno pesado por la lluvia, piernas agotadas de hacer fuerza, charcos, barro, lluvía, viento, viejas ojipláticas al verme, ni la ducha caliente pudo recuperarme, se ha metido la borrasca en mi cuerpo, vamos que estoy poseido por el mal tiempo y esta vez no creo que mis amigos confesores de Santa Gema puedan ayudarme.

La verdad es que había charcos, champanes, lagos, arenas movedizas, barro como para regalar, etc...había zonas donde cubría por el tobillo pero no de pie sino haciendo el pino.

Pero eso sí he disfrutado como un niño, espero que nunca se me pase esa sensación tan buena de ser libre corriendo bajo la lluvía.

Un abrazo.

P.D: Esta semana ya llevo 15 km, para compensar la anterior.